Dejamos atrás a nuestros padres, hermanos, abuelos, tíos, primos y amigos, cruzando fronteras en busca de un mejor porvenir. Pero aquí, en tierras lejanas, el alma se nos llena de añoranza: extrañamos el calor de nuestro picante de pollo, el crujir del chicharrón recién hecho, el aroma de los cuñapés saliendo del horno, el sabor reconfortante del majadito, el toque picante de la llajua y el abrazo dulce de las salteñas. Más que nada, nos duele la ausencia de nuestras familias y esos amigos bolivianos que llevamos tatuados en el corazón.
Buscamos rostros conocidos en la multitud mientras tejemos nuevos lazos de amistad. Nuestras fiestas se llenan de música y baile, celebramos el Carnaval con alegría desbordante y cada 6 de agosto nos vestimos de celeste, blanco y rojo para honrar a nuestra patria. Y siempre, siempre, terminamos nuestras reuniones cantando con el alma: "¡Viva mi Patria Bolivia!".
Pero el sueño era más grande...
Un grupo de amigos soñó con ampliar estos encuentros, transformándolos en un espacio donde toda la comunidad boliviana y sus amigos pudieran sentirse como en casa. El 11 de enero de 1989, ese sueño tomó forma cuando Claudio Cossio, Javier Sichori, Jacqueline Sichori, Ramiro Corrales, Marcela Corrales, Jenny Corrales, Silvana Valdivia, José Antonio Kredler, Néstor Ballesteros, Juan-Carlos Torres y Tatiana Torres unieron sus manos y corazones para fundar Renacer Boliviano, haciendo realidad la visión de Claudio Cossio.
Desde entonces, lo que comenzó como añoranza se convirtió en un pedazo de Bolivia en tierra extranjera, donde la cultura, la amistad y el amor por la patria renacen cada día.